Política de Responsabilidad Social Corporativa. Una declaración de intenciones.
Las empresas que decidan implementar Sistemas de Gestión de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) basados en normas certificables tienen, entre sus primeras tareas, la obligación de desarrollar una adecuada Política de Gestión Ética. Tal y como sucede en al ámbito de la Calidad o el Medio Ambiente, los Sistemas de Gestión de RSC deben articularse alrededor de un marco de referencia que suponga una declaración de principios e intenciones.
Si nos basamos en las tres normas más habitualmente utilizadas como referencia a la hora de implementar la RSC en una empresa, esto es, el estándar IQNet SR10, la norma SA8000 y la norma SGE 21, encontraremos referencias a la necesidad de establecer una Política de Responsabilidad Social que cumpla con determinados requisitos mínimos. Atendiendo a los aspectos que son comunes a las tres normas, podemos determinar que una Política de RSC debe:
- Estar definida por la alta dirección de la empresa. Esto pone de manifiesto la necesidad del liderazgo de las más altas esferas de la organización con el fin de implantar adecuadamente el sistema de gestión de responsabilidad social.
- Incluir el compromiso de cumplir con los requisitos de la norma de referencia así como las exigencias legislativas aplicables.
- Estar comunicada y a disposición de todos los miembros de la organización así como de sus grupos de interés.
- Ser revisada de manera periódica para adecuarla a la realidad de la empresa en cada momento y servir de referencia en el establecimiento de objetivos y, de manera general, en el proceso de mejora continua del sistema.
Es importante resaltar la importancia que posee el hecho de que estemos ante un documento que emana directamente de la alta dirección. En muchas ocasiones se considera a la dirección como un mero proveedor de los recursos necesarios para el sistema y esto es un gran error. Los cambios profundos en la filosofía organizacional que supone la implantación de un sistema de gestión de cualquier ámbito hacen necesario que la alta dirección se implique y comprometa para servir de modelo al resto de la organización. Es necesario predicar con el ejemplo para conseguir el imprescindible compromiso de toda la estructura de la empresa.
Por último, otro aspecto fundamental que no siempre recibe la atención que merece es la actualización de la Política. En una sociedad tan dinámica como la actual, los requerimientos en el ámbito de la RSC requieren de una adecuada capacidad de adaptación del sistema de gestión. En este sentido, la alta dirección debe permanecer vigilante ante la necesidad de revisar la Política de Responsabilidad Social para adaptarla a la realidad que rodea a la compañía, y asegurar con ello que cumple con su misión de servir como marco de referencia a toda la actuación en materia de RSC de la empresa.
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